La historia del sello que provoco un asesinato


Sello Postal de Hawaii 1851

En 1882, un sello postal fue el móvil de un asesinato. En los expedientes de la Süreté (policía secreta francesa), aparece la siguiente historia del crimen: 

Gastón Leroux era un hombre de negocios parisiense ya retirado, y dedicado a su colección de sellos. Un día Leroux fue encontrado muerto en su apartamento. Cuando la policía examinó el lugar, encontraron en la misma habitación donde se hallaba el cadáver, un cofre cerrado que contenía numerosas joyas, y en un cajón del escritorio, una fuerte suma de dinero en efectivo, lo cual inicialmente eliminó el robo como móvil del asesinato. 

Un detective de la Süreté que se hizo cargo del caso, en un registro más cuidadoso del apartamento, decidió echar una ojeada a los álbumes de sellos de la colección de Leroux. Casual mente notó que en una hoja de uno de los álbumes, en la que aparecía nítidamente expuesta una serie de Hawaii, había un espacio vacío que indudablemente correspondía. Al primer sello de esa serie. Y en ese espacio se veía la huella engomada del fijasellos que había estado adherido ahí. 

El detective consultó a un experto filatelista, quien le informó que el sello que se echaba de menos, era de 2 céntimos de una serie de Hawaii de 1851, de cuyo valor sólo se conocían unos tres o cuatro ejemplares. 

La serie en cuestión era conocida como la de los"Misioneros", y el ejemplar de dos céntimos azul, estaba valorado en el mercado filatélico en unos $2. 500 dólares, lo que en aquella época era una suma considerable. 

El detective llegó a la conclusión de que el único móvil racional del crimen había sido aquel sello. No había motivos para justificar la falta de aquel ejemplar en una colección tan rica y bien atendida como lo era la de Leroux. Y por otra parte el robo de dinero u objetos de valor, o cualquier tipo de venganza personal, habían sido totalmente descartados. Así pues, decidió seguir nuevas pistas. Comenzó a frecuentar los lugares donde se reunían los coleccionistas, haciéndose pasar por uno de ellos. Durante meses conoció y visitó a numerosos comerciantes y filatelistas de cierto renombre, entre ellos a Héctor Giraux, quien en una conversación trivial, le dijo que había sido un buen amigo del asesinado Leroux. 

Explorando esta nueva conexión, el detective se dedicó a cultivar pacientemente la amistad de Giraux para ganarse su confianza, y un buen día le participó el interés especial que tenía en adquirir los primeros sellos emitidos por Hawaii.

Giraux no pudo reprimir su vanidad de coleccionista, y le mostró con entusiasmo la serie completa que él poseía de Hawaii.

Allí, ante los ojos sorprendidos del detective, estaba, en el primer lugar de una hilera de tres, el famoso ejemplar azul de dos céntimos de 1851.

Esa misma tarde, dos agentes policiacos se presentaron en la casa de Giraux, arrestandolo para ser interrogado.

Ya en la comisaria, Giraux confesó su crimen.

Su justificación fue "lo maté porque siempre se negó a venderme el sello de dos céntimos.. y ése era el único ejemplar que faltaba en mi colección... El sabía lo mucho que significaba para mi el completar esa serie que tantos sacrificios me había costado. Lo siento; no pude refrenar mis deseos de obtener ese sello."




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