Anécdotas de los Sellos Postales


Estampilla de Charles Connell

La historia del funcionario vanidoso

La Provincia Canadiense de Nueva Brunswick tiene una pequeña historia filatelica. Esa provincia había emitido sus primeros sellos en 1851. Dichos sellos son muy escasos, y han alcanzado un precio alto en el mercado.

En 1859, Canadá reemplazó el sistema monetario británico por el sistema decimal, y las libras esterlinas, los chelines y los peniques se convirtieron en dolares y céntimos canadienses. Esto hizo necesario la impresión de nuevos sellos, y en Nueva Brunswick el Administrado General de Correos, Charles Connell se hizo cargo de ordenarlos.

El señor Connell era un poco vanidoso. Ordenó la impresión de los ellos a una firma en Estados Unidos, y un poco antes de la fecha anunciada para iniciar la venta de los sellos, le mostró a los funcionarios del Gobierno Provincial una prueba de los seis valores impresos, para que ellos los aprobaran. Pero el sello de 5 céntimos color marrón mostraba... ¡el retrato del mismo Charles Connell!

Los funcionarios gubernamentales se sorprendieron y se indignaron con la petulancia de Connell, que éste tuvo que renunciar a su cargo. Se desecharon los sellos de 5 céntimos marrón, y se ordenaron otros del mismo valor en color verde, con el retrato de la reina Victoria.

Todo esto provocó una demora en la venta de los nuevos sellos, que se inició el 15 de mayo en vez del día primero, como se había anunciado.

Como casi siempre ocurre en estos casos, aunque se suponía que los sellos color marrón con el retrato de Connell habían sido totalmente destruidos, el nuevo Administrador y algún otro funcionario conservaron algunos cientos de ellos, y aunque nunca fueron emitidos oficialmente, ni llegaron a circular, siguen obteniendo buen precio en los catálogos por la pintoresca historia de "creación" y breve existencia.

El correo demorado

Aunque no fue la primera vez - y probablemente tampoco la última -, que tal cosa haya ocurrido en la historia del correo, el caso resulto ser interesante.

En enero de 1957, el correo yugoslavo entrego en Rieka, una tarjeta postal de Pirano, una ciudad cercana, franqueada en enero de 1918, ¡le tomo a esa postal 39 años llegar a su destino.

El destinatario había muerto hacía unos cuantos años, y la tarjeta fue entregada a un pariente que residía en el mismo lugar.

Otro asunto curioso en este caso fue que la tarjeta postal llevaba un sello con la efigie del Emperador Francisco José I, y debido a los cambios políticos resultantes de la Guerra Mundial,  en Junio de 1918, esa emisión de sellos había quedado invalidada para el franqueo. Pero, al parecer en consideración a la demora un poco excesiva en la entrega, no cobraron de nuevo franqueo al destinatario.




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